miércoles, 23 de mayo de 2012

Serenidad, valor y sabiduría (I)

Creo que todos conocemos esta frase:

“Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.”


Se la atribuyen a Reinhold Niebuhr, que por lo visto fue un teólogo y politólogo estadounidense (sale en la wikipedia así que no me enrollo) También la he visto atribuida a San Agustín y una humilde servidora no tiene ni medios ni ganas de averiguar cual de los dos es el auténtico autor.

Volviendo al tema. La frase en sí es muy interesante, a mi personalmente me resulta muy inspiradora, aunque me gusta todavía más jugar con ella, cambiarla y adaptarla a la situación y a mi forma de pensar. Que me perdonen Mr Niebuhr, San Agustín o quien realmente sea el autor.

Por ejemplo: ¿Qué tal si cambiamos “Señor, dame”, por “Señor, ayudame en mi búsqueda de”?
A mi lo de “señor, dame” me parece como si nos quedáramos parados esperando a que un Dios paternal y protector nos diera el trabajo hecho. Prefiero trabajar en buscar serenidad, valor y sabiduría, eso sí, si puede ser, con un poquito de ayuda humildemente solicitada.

Lo de “Señor” tampoco me gusta demasiado, desde luego cuadra perfectamente con las creencias cristianísimas de los dos posibles autores de la frase. Pero en mi opinión, merece la pena reflexionar a Quién o a Qué le pido ayuda, y lo voy a dejar aquí, porque me puedo meter en berenjenales en los que no quiero meterme...

Personalmente, prefiero cambiar el orden, mejor primero cambiar las cosas que si puedo cambiar y después (cuando no he podido cambiarlas) aceptarlas con serenidad. No vaya a ser que termine aceptando cosas que no he podido cambiar porque no he tenido el valor suficiente para hacerlo.

En cuanto a la serenidad y la sabiduría no tengo muchas dudas, pero: ¿cual es la cualidad que realmente necesito para cambiar las cosas? ¿Es el valor, la determinación, el empuje, la fuerza de voluntad, la fe u otra cualidad? Yo me inclino por la determinación, pero puede cambiar según las circunstancias.

O sea, que yo al final me suelo quedar con "Ayudame en mi busqueda de la determinación para cambiar las cosas que puedo cambiar, de la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar y de la sabiduria para distinguirlas"

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